sábado, 24 de febrero de 2007

Condenar el terrorismo



Me da asco el terrorismo. No entiendo la razón de esta mezcla de violencia y política, este fanatismo cruel y diábolico por una ideología que afecta a millones y favorece a unos pocos miles. Por ello condeno a los que imponen sufrimiento gratuito a las víctimas y a sus familiares, a los que por sus ideas escinden el País Vasco en dos unidades. ¡Qué impotencia el ver que uno mismo no puede hacer nada!

No entiendo el proceso de paz ni la negociación. Estos individuos torean lo que les da la gana. Si pisotean a unas inocentes vidas humanas más pisotearán a unas palabras. Veáse sino como prueba el último atentado de finales del 2006 en pleno alto al fuego.

Vergüenza me da todo el revuelo entorno a DeJuana Chaos. Declarado terrorista de los pies a la cabeza, en desacuerdo a la sentencia que le iba a imponer la Audiencia Nacional se declaró en huelga de hambre (haberlo dejado morir...). No entiendo el retraímiento en su opinión del juez que lo denunció a no ser que hubieran existido amenazas de por medio. Según el Código Penal de 1995 la mera pertenencia, actuación al servicio o colaboración en un grupo terrorista conlleva la pena privativa de libertad de 15 a 20 años (así que no entiendo esta gran rebaja de pena que le han hecho a DeJuana como si fuera un acto de caridad para compensarle el sufrir hambre).

Y apareció otra noticia. Componentes de un grupo ultraderechista español se declararon en huelga de hambre contra la rebaja de la pena a DeJuana Chaos. Pues venga va, seguid todos así y al final conseguireis otro efecto en la ley de la oferta y la demanda en el tema de la alimentación. Más comida y más barata para los que disfrutamos de los placeres de la vida. Así que sea dicho de paso, voy a pegarme una buena mariscada a su salud.

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